Sinopsis:
La imaginación se confunde con la imaginación de la imaginación y, en una pirueta poética, mira cara a cara a la realidad. La realidad tiene rostro de persona. Nombre, manos, mirar, sonrisa, pájaros… Sangre dando color a la mejilla.
La poesía de Gelman .es poesía social, pero está cargada de requiebros de lenguaje y de imágenes, de esoterismos que dan a lo humano la dimensión de Io divino. Mágica y tan real. tan cercana, tan de verdad.
Te lleva por estrellas para hacerte ver los rostros de tus vecinos. La joven desgraciada que esconde su bebé, el loco que come sapos, el imbécil que ya no recuerda cuándo se dejó morir, el poeta que se intenta, los muchos que ya no están.
Es un poeta hermoso que supo comprender la conexión íntima entre la mística del siglo de oro y los tangos arrabaleros.
Si habló mucho de sí fue para hablar de muchos. Nos cedió lo vivido y lo morido creando un mapa de vidas, un concierto de mundos. Eso pretendemos nosotros: contar vidas y vidar cuentos.
Todo esto lo llevamos a una noche de insomnio que el actor pasa con su niño recién nacido por varios motivos, a saber:
-La vida (como la muerte) es momento de inflexión. Mirar de nuevo: qué importante son «las poquitas cosas que son importantes. Hay que hablarlas.
– La noche entera con la fragilidad en brazos te hace frágil lo suficiente para pasar por la puertita chica al país de la poesía.
– La fragilidad es hermosa.
– La noche es mágica y lisérgica.
– Gelman hijó a su hijo contra la lloradera.
– Hay mucho cretino suelto que quiere imponer su discurso de odio en el mundo donde va a crecer este bebé. Frente a ellos la dignidad, la humanidad, la audacia, el compromiso. la libertad de la poesía de Gelman. – Y la alegría también.
Todo esto importa más ahora que el mundo se pone oscuro y feo.
